Mi madre me habla a través de la gente que me quiere
me dice que no me culpe, que no me culpe
mi madre está presente junto a mis ancestros
tienes algo de brujita, me dicen
te acompañan todos tus ancestros
de noche cierro los ojos y los veo
son tantos miles de rostros
Mi madre y yo hacemos las paces a diario
me dice que no me culpe, que no me culpe
yo le digo lo mismo
ya los años pasan y los reproches se vuelven viento
la gente que me quiere me habla de mi madre
Mis ancestros son mis guardianes
me dan la fuerza y el amor
para perdonar, para perdonarme
De cuerpo encorvado y triste figura
Mi madre no quiere que la recuerde cadáver
ojos al cielo, cubierta de sangre, rodeada de vómito
Una foto feliz, un altar
La buscaron mis ancestros que son los de ella
la tomaron y llevaron
Espero que haya estado mi abuela
que se hayan perdonado
La línea de la familia conserva una riña grande
entre las mujeres
por eso mi hermana y yo tuvimos varones
para romper la disputa
terminó con nosotras
Terminó con mi madre y conmigo
Nos terminó
Pero la enfermedad
fue lo suficiente para abrir una puerta
y que nuestros ancestros nos curaran
nos limpiaran de la riña
la nuestra
una ancestralidad
milenaria, nativa, primigenia
Y la muerte
cumplió su propósito de ofrenda
de sacrificio
de apertura
Ahora mi madre
me acompaña
me llena de todo el amor
de toda la fuerza
de todo el perdón
Algo tan fuerte como la muerte
Tan irrevocable como el fin
Salirse del cuerpo
Elevarse
Ser viento
Ser fuerza de huracán y tormenta
Ser diosa y ser ángel
Ser luz
Algo tan dramático
fanfarria y aplauso
llanto y perdón
Mi madre desde la muerte me acompaña
que no la recuerde cadáver me dice
La trato de ver
La busco entre mis ancestros de noche
sé que en medio de esa muchedumbre
camina y en momentos
se arma de luz
Y camina conmigo
Vestida de sol
Vestida de estrella
Poder
Es ella ahora mi mayor guardián
eso me dice mi madre
poco a poco la entiendo
Que no la recuerde cadáver
que es luz
Más allá que no la recuerde triste
que no me complique pensando en sus posibles tristezas
en sus complicaciones sin resolver
Mi madre es guerrera de luz y brillo
es fuerza y vida sobre vida
Un cuerpo celeste galáctico
el poder que me acompaña ahora
Tengo la fuerza de mis ancestros y la alegría de mi madre
Que no la recuerde cadáver
que la conozca mujer
que es diosa y fuerza
que la recuerde feliz y joven
Una vela, una luz, un altar.
Alexandra Pagán Vélez (Yauco, 1978) es la autora de los poemarios Del Alzheimer y otros demonios (2014) y Cuando era niña hablaba como niña (2014). Como cuentista ha publicado El diccionario y el Capitán (2010), Amargo (2014, 2018), Eneida y Martín: dos coquíes muy distintos (2018), Horror-REAL (2017, 2020) y Relatos de domingos (2014). Colaboró también en las antologías Plomos; Convocados; Los rostros de la hidra; Los otros cuerpos; A toda costa (2018), Más que islas (2019) y Aquelarre de cuentos (en imprenta).
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